El Cetro del Maltrato
Muchas familias del continente usan la palabra "corregir" como un eufemismo de agresión física, lo hacen con una rama de Laurel, con el cable de la plancha, con la correa del cinturón, con una vara que comprearón en una iglesia, con un matamoscas, con un zapato, o con lo primero que pillas. Ese objeto es el reemplzo del látigo, el cetro del maltrato. Los agreden porque no hacen o no sean, lo que hacen o lo que son, los agreden en el peak de la ira o esperan al día siguiente y los agreden igual, pero ahora con una tenebrosa calma. Todo esto es psicolatología, de ahí surge y ahí convoca, es hacer daño, es agresión, es repetir el trauma, el dolor, y la humillación, es pisotear la tarea más noble que la vida a puesto en el camino, cuidar a un ser humano en desarrollo, absolutamente dependiente de ti. Si agredes a un niño o niña, estás enfermo y necesitas ayuda, tal vez tú lo presientas y necesites declararle al mundo que eres una buena persona y que el problema es la generación de cristal y no que estás agrediendo a un ser humano que aún no sabe limpiarse cuando usa el baño. Es duro de leer esto, es más duro que: "mis papás retuerzan tanto la educación y la crianza que lo faculte para traerme de esclavo".
Den un suspiro y piensen que el amor va para todas esas personas que ya adultas recuerdan haber recibido estas agresiones correctivas, y para ese niño o niña, que tal vez hoy, sea el último día de quién lea esto, le agreda.
Ese fue el texto que lencé hoy día en la mañana (marzo del 2022) en relación al castigo físico , por algunos comentarios. Me llegan muchas... En las redes sociales me llegan muchos testimonios y me cuentan cosas y a veces me pongo a llorar, leyendo la gente como recuerda experiencias de tortura de hace treinta o cuarenta años, que hoy día siendo adultos y leyendo algo en internet, se acuerdan y entran en catarsis, entonces tengo muchos de esos testimonios y hay veces como que se me juntan y necesito expresarle a la sociedad que no es algo menor, esto no es una broma, No. Eso del zapato, de la chancla, de tirarle objetos a un niño, no es algo gracioso, es algo terrible, y la gente que trabaja en reparación de trauma, y que tiene que escichar a estos adultos llorando, viéndose disminuidos debajo de una cama, escondidos porque el papá (o la mamá) anda caminando con el cinturón en la mano, o que "se hacen pipi..", se orinan encima, cuando sienten que el auto entro a la casa. Y cosas de ese tipo.. yo, yo digo, me encantaría tener la autorización de poder: "esto que me estás contando, esto que estpy leyendo, así tal cual, con tu voz, que la gente lo escuche, y lo vea, porque a mi me conmueve, me hace sintir super frágil. Mira, me siento super poderosos en muchos sentiudos de conocimientos, pero me encuentro con esos papás que insisten en decir: ·no, es miderecho, no, es mi hijo, yo hago lo que quiero con él. No, la biblia me avala, dice en el verso no sé cuanto..."
Es como no, mira, no, no, no, no nada de eso, no. No hay que pegarle a ningún niño, bajo ninguna circunstancia y en ningún momento, a ningun niño, a ninguna niña, no hay que pegarle a nadie, pero por sobre todo a los niños y niñas. Y no sólo porque está mal. Sí, porque eso es de plano, no solamente porque está mal, es porque hace daño, le hace daño al cerebro, le hace daño a partes que son muy delicadas, le hace daño a la autoestima le hace daño porque esto después se repite. La probabilidad que un niño que es golpeado, golpee a su paraje (al crecer) es súper alta, la probabilidad que un niño, que en su vida nunca a recibido un golpe, le pegue a su pareja (en la adultez) es casi nula. Entonces también hay un montón de temas que tiene que ver con esto y la gente no lo ve, no lo ve: si los números de homicidios, los números de femicidios, la tinta roja, la cantidad de armas, la violencia parte con la semilla del castigo físico y la agresión en la primera infancia.
Y hay que sacar esa semilla, dejemos de cortarle las puntas. No, hay que sacarla de raiz, no sirve con despues disculparse simplemente: "no, no te quería pegar... me paso esto...· Eso sí, hay que hacerlo (disculparse), pero no repara el cerebro, lo que hay que hacer es que se corta, de plano.
Nunca más le levantes la mano a tu hijo, nunca más le pegues a tu hijo, ni le hagas sentir miedo. Hazlo sentir seguridad, ayúdalo a encontrar su potencialidad, y no le obligues a sacar su coraza para enfrentar un mundo en guerra y tener su modo de supervivencia.
Que no tenga que defenderse de ti.
Álvaro Pallamares
Psicólogo Clínico Infantil
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