Microanálisis

Herramienta, instrumento, catalizar, acelerar, video-feedback, perfeccionamiento, multiplicidad de niveles y dimensiones, indiscriminación paradigmática, desarrollo, aprendizaje, intimidad, mediación, infinitas posibilidades: estas son algunas de las palabras que surgen en mi mente cuando pienso en el microanálisis. En el último congreso mundial de psicoterapia tuve la magnífica experiencia de presenciar el workshop de Janet Beavin Bavelas (co-autora, entre otras cosas, del "Pragmatic the human communication"(1967)) el nombre del workshop revela su pertinencia: "Microanalysis of therapeutic communication" en él, la investigadora explicó el detalle del trabajo terapéutico filmado, llegando poco a poco a fundamentar y consolidar al microanálisis, como un instrumento revelador y confiable, que optimiza, sin lugar a dudas, la comprensión del intercambio comunicacional entre paciente y terapeuta, lo cual a su vez propicia la asertividad del terapeuta y un manejo más conciente de su lenguaje no verbal. La potencialidad del instrumento brillaba y su relación con las decodificaciones del "CARE-Index" de Patricia Crittenden y con la "situación extraña" de Mary Ainsworth su vuelven obvias.
Bavelas microanaliza al terapéuta y el Apego microanaliza la díada cuidador-infante, miradas que al encontrarse multiplican de manera incalculable la riqueza de la interevención, siendo ésta no la primera vez que estos paradigmas se enhebran frente a mis ojos, ya en mi primer post, mi monografía, me fue posible destacar la convergencia de Bateson y Bowlby, casualmente mentores de las autoras previamente aludidas.
La Intervención Temprana apadrinada por el microanálisis sólo vuelve más probable la eficacia profesional.